Sean todos Bienvenidos

FELIZ AÑO 2012

 

Se fue la Navidad, ¡se fue el ayer! Las fiestas, la música, regalos, cohetes, luces y la quema de pólvora ya se terminaron. Hoy todo amanece distinto. Todo amanece en silencio. Me asomo al balcón y solo veo frente a mi techo un montón de escombros y restos de cartuchos de pólvora y luces del espectáculo de anoche. El sol salió en perfecta dirección y radiante esplendor. Leo los mensajes escritos en Twitter y el boom del momento como noticia es: Feliz año 2012.

 

Ya son 7:30 de la mañana y una pregunta salta a mi mente: ¿Realmente que significa la frase Feliz Año Nuevo? La gente en su mayoría desea que sea un año de prosperidad, de nueva vida, de mejor fortuna, y lleno de sinsabores. Es una nueva oportunidad para recordar lo que no se pudo cumplir, y hacer votos y promesas que durante el nuevo año si lo vamos a cumplir.

 

La celebración del Año Nuevo es una de las más antiguas y universales de las festividades. “Hace aproximadamente 4.000 años atrás, los babilonios fueron los primeros en convertir el Año Nuevo en un ciclo festivo que duraba 11 días y que se celebraba al comienzo de la primavera. Los egipcios celebraban el fin del año con el comienzo de la crecida del río Nilo y la preparación de las tierras para la siembra, mientras que los romanos también hacían coincidir la celebración con la llegada de la primavera y lo festejaban el 25 de marzo. Pero fue el emperador Julio César en el año 46 el que cambió la fecha al primero de enero, primer día del mes dedicado al dios Jano. Esto fue confirmado en las adaptaciones que hizo el Papa Gregorio XIII, en el año 1852 y es el calendario que rige en nuestros días”.

http://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20061226144724AAPEj2

 

Personalmente no encuentro otra respuesta mayor que la que Dios me provee en su santa palabra. “Una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios”. Fil. 3: 13-15.

 

Ya el pasado quedó atrás. El año 2011 se terminó. Aunque no podemos negar que quedarán algunas secuelas, cicatrices y recuerdos; debemos luchar por dejarlas atrás con el año que se fue. Traigamos a este nuevo año las cosas buenas, positivas y edificantes para nuestra vida. Hagamos votos de avanzar hacia la conquista de nuevas metas, pero en especial la meta espiritual.

El verbo proseguir en Griego es diōkō, “perseguir”, y presenta a un Pablo manteniendo los ojos fijos en la meta espiritual y quien sólo tenía como objetivo este propósito. Por eso ningún asunto terrenal aunque parezca muy bueno bebería distraernos del objetivo. Debemos proseguir continuamente hacia adelante hasta conquistar la meta.

La sierva del señor tiene algunas declaraciones de feliz año nuevo y que son muy oportunas para el momento.

El 01 de enero de 1887 escribió a la esposa del pastor Bordeau lo siguiente:

“Le deseo un feliz año nuevo. Dejemos de lado para siempre toda desconfianza con respecto a Jesús. Comencemos una vida de confianza sencilla, semejante a la de un niño, que no se base en los sentimientos sino en la fe… Espero que no se desanime por ningún motivo… Dios quiere que sea libre, que crea, que tenga confianza y que deje de dudar. Quiera Dios ayudarla. . . Un nuevo año se abre ante nosotros. Sea éste un año feliz. . . Refúgiese en los brazos de Jesús y no se esfuerce por desprenderse de ellos. Crea en Dios, alábelo y siga adelante. Ya así hemos llegado a casa.

 

El Señor viene. Levante la vista y regocíjese, porque su redención está cerca. Veo en Jesús a un Redentor compasivo y amante, que puede salvar hasta lo sumo a los que acuden a él. Deposite todo el peso de su ser en las promesas de Dios. Crea; tiene el privilegio de creer (Cada día con Dios pág. 10).

 

En otro manuscrito ella también escribió: “Hay almas que salvar en todo nuestro derredor. Cada uno debe hacer una obra de reconciliación con Cristo. Esta es la obra que debemos emprender en el nuevo año. Estamos viviendo para el tiempo y la eternidad. Deseamos que la luz brille sobre nuestro sendero, y deseamos extender sus bendiciones a otros. La única forma de ser representantes de Cristo es amándonos los unos a otros. Si reflejamos su imagen, cuando entremos por las puertas en la ciudad, se nos dirá: "Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu Señor" (Mat. 25: 21). Esforcémonos por tener un registro mejor en el año venidero, y por vivir tan cerca de Dios que podamos estar rodeados con la atmósfera del cielo, y ser así representantes de Cristo (Manuscrito 60, del 26 de diciembre de 1886, sermón predicado en el salón Municipal de Tramelan, Suiza, en el que Juan Vuilleumier actuó como traductor).

 

“Reunamos los tesoros del año pasado, y llevemos con nosotros al nuevo año el recuerdo de las bondades y la misericordia de Dios. Iluminemos el futuro con el pensamiento de las bendiciones pasadas. "Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es quien en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Fil. 2: 12, 13). Tenemos que colaborar con el Señor Jesús. Sólo así podremos hacer nuestra parte en la obra. Tenemos que aferrarnos de todo lo que obtenemos por medio de Cristo”. Cada día con Dios pág. 359.

 

Por eso apreciado amigo y hermano “levántate y resplandece” porque un nuevo año lleno de bendiciones está delante de ti. “Prosigue al blanco”, lucha por alcanzar la meta, y que “nadie arrebate tu corona”. Entrega tu vida y tu corazón a Dios. Vive en honestidad y pureza. Se “constante en la oración”, esta “atento a la Palabra de Dios” y deja que Dios te use “para que el mundo sepa” que hay un Dios poderoso próximo a venir.

 

Recibe un abrazo fraternal de feliz año. Que Dios derrame poderosamente en ti múltiples bendiciones. Que este año nuevo te traiga no lo que tú deseas, sino lo que Dios sabe que necesitas para ser feliz.

 

Que Dios te bendiga en este nuevo año, grande, rica y poderosamente.

 

Pr Moisés Prieto